18 feb 2009

Para satisfacer curiosidades antropológicas. ¿Cómo se viaja en camión en Quebec?


Allá en la Villa de Nuestra Señora de las Aguas Calientes escúchabamos distintos mitos sobre cómo sería la vida cotidiana en las heladas ciudades del norte. No faltaba el que nos advertía que no se nos fuera a ocurrir salir por la tarde o noche, pues las temperaturas eran tan extremas que simplemente no podríamos caminar más allá de la fachada de la casa. E incluso se decía que, en invierno, después del mediodía cesaban todas las actividades y por la tarde los quebecquenses no tendrían otra cosa que hacer que mirar la nieve por la ventana.

Para nuestra fortuna, y la de todos los habitantes de Quebec, la vida cotidiana se mantiene igual que siempre, a pesar de la nieve y el frío. Si bien es cierto que hay adecuaciones como el hecho de que algunos centros comerciales cierren a las cinco de la tarde, también es cierto que hay muchas actividades que realizar y los restaurantes, bares, bistro, cafés y otros sitios permanecen abiertos hasta la noche, como en cualquier ciudad. Las únicas restricciones se presentan cuando hay tormenta de nieve, y en esos casos las recomendaciones no van más allá que extremar precauciones y tomar en cuenta, para los que no tenemos auto, que los autobuses se retrasan en sus rutas.

Y a propósito del camión... ¿cómo se viaja en urbano en Quebec? Pues casi como en cualquier parte del mundo. Y también de pronto hay situaciones que son como reminicencias del tercer mundo (jajaja). Lo que no tiene nada que ver con el tercer mundo es el precio del pasaje. Al principio nos asustamos: ¡¡¡2.60 dólares!!! equivale a casi 30 pesos. ¡Ah caray!, duele el codo. Es como viajar todos los días en taxi. Pero luego adquirimos nuestra flamante tarjeta que nos permite viajar en todos los autobuses que deseemos durante todo un mes y al mes siguiente es recargable. Eso ya facilita mucho las cosas.



Las paradas del camión son de tres clases (no todos somos iguales, ¿edá?). Están las que sólo tienen el señalamiento y uno se tiene que parar en la vil calle. Estas paradas son lo peor cuando hace aire, pues el viento que sopla aquí es helado y hace descender la sensación de la temperatura hasta diez grados (insisto, las reminicencias del tercer mundo). La segunda clase son unas cabinitas, como las que ven acá abajo, que por lo menos ya tapan un poquito el frillito. Ya cuando te subes al camión el malestar termina pues, como en todas partes acá, están equipados con magnífica calefacción


Pero las mejores son las que están completamente cerradas, son amplias y tienen calefacción interna, como la esta que está en la Universidad (y que por cierto, por dentro se conecta con los túneles que llevan a los edificios). Aunque todavía esta de la universidad tiene unas ventilaciones por debajo, a lo largo de toda la pared de vidrio, que permite que el frío penetre. La del centro financiero esa sí es la onda. Está herméticamente cerrada y casi nomás falta que te ofrezcan cafecito ahí adentro.


Los primeros días nos sorprendíamos porque, al subir al camión, como casi todo en esta ciudad, el ambiente era muy silencioso. Los quebecquenses son muy discretos y por lo regular en todos los sitios hay poco ruido. Ya incursionando más en la vida cotidiana, es posible ver otras facetas, por ejemplo cuando el camión va lleno de estudiantes, entonces si va bastante animado.

Antes de tomar el primer camión preguntamos a la casera cómo eran los códigos respectivos. No queríamos hacer el oso en público, ¿se entiende verdad?... jajaja. Aquí no se "hace la parada" al camión. Basta con salir de la cabina de la "estación" (así se llaman aquí las paradas) para que el chofer entienda que quieres abordar y se detenga. Los choferes son personas muy amables, limpios, delgados, con excelente presentación, que saludan a todo aquel que aborda: "¡Bonjour!". ¡¡¡Exacto!!!, tal como sucede en Aguascalientes (jajaja).

Tampoco hay que estar esperando abrazado del poste al camión a ver a qué hora llega. Tienen sus horarios de paso que son respetados como si fueran británicos. Por ejemplo, la ruta 11 nos lleva al Viejo Quebec, la zona más antigua de la ciudad. Pasa a una cuadra de la casa. Y pasa cada media hora. Así que ya sabemos que, por ejemplo, a las 14:10 pasa uno, y a las 14:40 el otro. Hay otros que pasan cada hora, o hasta cada cinco minutos. Todo mundo se organiza para salir de su casa a la hora en que va a pasar el camión y no estar de plantón esperándolo. Y en edificios públicos, tiendas y hasta en el interior de los propios camiones hay folletos que se distribuyen a los usuarios indicando con un mapa el recorrido del camión y la hora en la que debe estar en cada parada.

Más reminicencias del tercer mundo: ¿se llena el camión? sí, a ciertas horas vas como sardina. ¿cómo se pide la parada para bajar? no me la van a creer, pero ¿se acuerdan que hace muchos años los camiones de Aguas traían un cordoncito que se jalaba para que sonara el timbre? pos acá todavía se usa. La diferencia es que, aunque no esté cerca todavía de la parada, uno jala el cordoncito y se enciende un letrerito visible para todos que dice: "Arrêt demandé" (parada solicitada), y el chofer ya sabe que se tiene que detener en la siguiente parada establecida, y no tiene uno que estarse peleando con él porque te diga "aquí no es parada seño", ni tampoco van jugando carreras, aunque sí le meten la pata para mantener la ruta en los horarios correspondientes.

Pues por lo pronto es todo. Manténganse cerca leyéndonos. Bonne Journée (Que tengan buena jornada).

3 comentarios:

Dorix dijo...

Ternurita, también hay ruta 11, como acá, en el tercer mundo. Como sea, ¿quieren experiencias surreales en camiones?, úsenlos en Guadalajara o el DF, ji ji ji.

Bere dijo...

Hola!!!
Genial me diverti mucho con su redacción y me acorde de cuando tengo que esperar el camion jaja, eso aqui nunca pasa jajaja...
Saludos
los quiero mucho!!!

S.Q dijo...

El problema es estar acostumbrada a esperar el camion sabiendo que en 5 minutos pasara uno (Claro en el DF, aunque Doris diga que son experiencias surreales)y ahora tengas que estar viendo el librito de los horarios para saber a que hora debes salir de casa para estar a tiempo en la parada (fermata) y sì, es comodo eso de los horarios, lo que no es comodo es que si quedas de ver a alguien en x horario, al final terminas esperando al amigo porque se te hizo temprano, ya que si esperabas el sig. autobus entonces llegarias tarde ossssssshhhhh!! jajajajaja... Pero en general ando con mi amorcito en su carro jejejeje.
Besos